Wednesday, May 16, 2012

Geología

Hay unas formaciones geológicas llamadas karst. Se extienden de manera subterránea, formando cuevas debajo de un paisaje que uno no percibe como amenazante, con ríos, montañitas, verde fresco, un idilio. Pero si te encontrás en ese paisaje y decidis caminar a la deriva, de repente un hoyo masivo, gigante, cuyo fondo ni podés intuir te va a estar esperando. Esos hoyos los llaman “tinakeng” o agujeros celestiales, que de celestiales no tienen mucho ya que te alejan del cielo y te acercan mucho más al núcleo de la tierra. Ese hoyo, es por dónde podés entrar al infierno dantesco, allí en esas cuevas debajo de la tierra las puntiagudas estalactitas y estalagmitas esperan para empalarte. Eso es el infierno. Y es tan irónico que el acceso a él se llame agujero celestial. Quizás la cosmogonía de los que decidieron nombrar las cosas sólo veía el cielo en todas partes, y cómo no hacerlo al lado de un lago que confunde los sentidos y te pone al revés.

El porqué del suicidio de las hojas

El porqué del suicidio de las hojas

Caen como combatientes 
Que han bajado los brazos 
Pero la caída es sólo el efecto. 
Nadie sabe por qué quieren dejar atrás el árbol
Donde fueron manos entre sol y tierra
Apoyadas entre sí, apiñadas en verano haciéndose sombra.
No siempre sale bien el plan: 
Quedan atrapadas entre rejas rojas y cabellos
Algunas reposan nadando en la corriente
Son unas con el agua que durante tanto tiempo
Las lavó y alimentó y ahora sobre olas las pasea.
Otras ateridas por el frío se abrigan entre sí
Acurrucadas, unidas, hermanas.
Sus nervaduras otrora llenas de savia viscosa,
Llevan aire en los huesos
Para ser más livianas.
Quisiera ser hoja.
Lo entiendo bien, ese lanzarse al viento
Ese desconocimiento del qué será
Y eso que llaman destino,
Sé que ellas lo saben mejor que yo,
Que juegan a ser en el viento
A viajar por el aire con vaivenes suaves
O con ráfagas pasionales descubren la ciudad
Y por qué no, el mundo
Sabiendo que es el último viaje,
Por eso lo aprovechan,
Suspiran al crujir bajo un pisotón
Porque fueron, en su plena expresión de ser,
La libertad.